martes, 24 de julio de 2012

Tequeñología 2.1


En mi post anterior estuve un poco disparatado y no me concentré en lo que ofrecí en el titulo, por lo que incurrí en falta de rigor al ofrecer una introducción a la novedosa disciplina del estudio sistematizado del tequeño bajo el método científico, sin  haber definido el objeto del estudio. Corrijo entonces:

El tequeño consiste en un trozo de queso blanco envuelto como una momia en tiras de masa de harina, mantequilla y huevos, que se fríe en abundante aceite caliente y como todos los canapés de su naturaleza, debe servirse y comerse apenas sacado del caldero, so pena de perder buena parte de su encanto. 

El queso no debe ser demasiado blando porque se derretirá y colará a través de la masa: aunque, pensándolo mejor, esto suele ocurrir casi siempre sin importar el tipo de queso que se emplee.

Deberían tomarse de uno por vez, aunque no faltemos comensales maleducados que atenacemos más cuando el mesonero es consentidor. Hay otros que se creen la reencarnación de Manuel Antonio Carreño y te miran feo si agarras más de uno... ¡Como si fueran a solucionar el problema del hambre mundial con su fuente!

Prepararlos no es demasiado complicado pero sí trabajoso: una vez que consigues la receta de masa y el queso adecuados, debes envolver manualmente los trocitos en que se cortó el queso en largas tiras de la masa extendida muy finamente con rodillo. El libro rojo de Scannone tiene imágenes paso a paso para hacerlos.  Un secreto es mojarlos en cerveza antes de freírlos.

Hoy en día hay alternativas a prepararlos uno mismo en las neveras de todos los automercados de la ciudad con calidades bastante aceptables. De pronto el precio en que están vendiéndose pudiera ser un buen disuasivo para no perder la tradición.

Si me preguntan cuáles son los tequeños más sabrosos, debo decir que son los que distribuyen en una de las más conocidas casas de fiesta, aquella que tiene tres letras, pero que no necesita de mi publicidad (por desgracia). Por cierto, se consiguen congelados en los automercados, pero debo decir que no me parecen tan buenos como los que se comen en esa casa.  

En otro sitio en que son legendariamente sabrosos es la ciudad de Maracaibo, donde se los sumerge en ketchup antes de comerse.

Una última mención es necesaria sobre la cantidad de tequeños que se pueden comer en una velada. Si nos guiamos por las raciones de los restarurantes, la cantidad recomendable es de unas seis unidades, pero entre gustos y colores...