martes, 29 de mayo de 2012

De Las Despensas


Seguro esta es la despensa del tipo de "Durmiendo con el Enemigo"

En lo que a despensas se refiere, nunca conocí otra mejor que la de mi abuelo materno. Como padre ejemplar de ocho hijos que crecían en épocas de desabastecimiento y rumores, siempre contó en su casa con un espacio lo suficientemente grande como para almacenar importantes cantidades de comida.

Mi Mamá cuenta que cuando le llegaba el rumor de que venía algún alzamiento, se apertrechaba con comida en conserva, latas, sacos  de harina, azúcar y granos. Estos últimos, de lo recién cosechados que los conseguía, muchas veces tenía que ponerlos a secar al sol en las ventanas para poderlos almacenar sin que se dañaran por la humedad.

Incluso ya en su vejez, cuando yo lo acompañaba al Mercado Libre vestido de impecable flux con leontina, sombrero y bastón, mantenía un férreo control del almacén familiar, del cual contaba con la única llave.

La despensa era una habitación sin ventanas, estratégicamente ubicada en el centro de la  zona de servicio, llena de anaqueles en los que se apilaban latas de comida. A nivel del suelo descansaban otras enormes latas cuadradas de galletas de soda, en las cuales se almacenaba la harina, azúcar y granos. Dentro de cada una de esas latas recuerdo la cuchara de pulpero, no se si de acero o aluminio, para trasegar las cantidades justas de comida para su uso en la cocina.

Casas como la de mi abuelo difícilmente se volverán a ver. El aprovechamiento del espacio hoy en día demanda otras soluciones. Con el aumento del precio de los inmuebles y su consiguiente disminución de tamaño, se hace cada vez más difícil disponer de buenos espacios para almacenar.

Con todo, estamos en otra época de rumores y desabastecimiento, y como pocos hacen caso de las normas que exigen abandonar el acaparamiento, preferimos prevenir para evitar que nuestras familias pasen trabajo. De esta manera maleteros y depósitos de los modernos edificios han devenido en improvisadas despensas.

Lógicamente, estos depósitos muchas veces carecen de las características mínimas para almacenar comida, por lo que es forzoso estar pendientes para que no se dañe lo que se ha ido almacenando. La lógica indica qué se puede almacenar en un maletero, pero por no dejar, recomiendo que solo se guarden alimentos envasados o empacados al vacío, porque aquellos envueltos en papel o sensibles a la humedad pueden dañarse o ser blanco de roedores y otros bichos.

Estamos en épocas cuasi apocalípticas, en las que el sobresalto y la angustia están a la orden del día, pero seguro que vendrán días mejores. Estos días serán recordados aunque nos cueste creerlo con nostalgia, así sea por las fuerzas y la juventud perdidas.