sábado, 15 de diciembre de 2012

Panquecas


Es diciembre y me niego a hablar de comida navideña, a pesar de que en lo que va de mes nos han regalado tres tortas negras, tres cajas de chocolates, hemos ido a cuatro cenas ó almuerzos, y apenas estamos a mediados de mes.

Ya tengo en el taxiway un pernil para el 24 y prometo escribir cuando lo prepare, sobre todo porque esta vez voy a conservar la receta y compartirla. Tengo pensado ponerle clavos de olor y algunos otros ingredientes.

El pernil en el taxiway, primera foto mía.

Pero hoy es sábado, un día en que estamos a nuestras anchas por la casa y normalmente solemos poner más atención a los desayunos para preparamos con esmero, particularmente nos gusta preparar panquecas.

¿Necesito definirlas? Por mero rigor científico: Se trata de unas tortas redondas de distintos tamaños, normalmente delimitados por el fondo del sartén que se emplee para hacerlas, preparadas con harina y huevos y algunos otros ingredientes, como azúcar, aceite, sal y polvo de hornear, dependiendo de la receta que se emplee.

El primo culto Wikipedia dice que su origen se remonta a la antigua grecia, donde fueron nombradas con las palabras τηγανίτης (tēganitēs), ταγηνίτης (tagēnitēs) or ταγηνίας (tagēnias), término derivado de otro que significa “sartén”; no en vano los griegos lo tuvieron por el mango durante varios siglos. Las citas en griego son solamente para dármelas de culto.

Imagen tomada de http://www.tribtoday.com/page/content.detail/id/570849/The-History-of-Pancakes.html?nav=5059

Si me lo preguntan, diría que seguramente en la antigua grecia fue donde se tuvo primera memoria documentada de estas tortas, pero su origen debe perderse en las harinas del tiempo, ya que son una forma expedita de preparar un primo del pan, sin tener a la mano la parafernalia del horno y la levadura.

En apoyo a lo anterior, en casi todos los lugares del mundo se ven tortas de este estilo. Así tenemos a las inconfundibles crepes francesas, ultradelgadas que se usan tanto para salado como para dulce. También en la comida china, especialmente en la primera parte del Pato Pekín, mi favorita.

En la india se come el roti y en los países mediterráneos el pan pita. La forma circular de estos panes, antes de que a alguien se le ocurra alguna comeflorada heliocéntrica de sociólogo, debe venir de que es más fácil amasar bolas y aplanarlas en lugar de hornearla en otras formas geométricas, tal como ya dije en un post anterior sobre arepas.

El roti de la India tiene un pariente caribeño que constituye el plato nacional de Trinidad: una empanada rellena de guiso con curry que lleva además pollo, pescado o carne casi siempre con papas, que se suele comer con el picante antillano y para pasarlo se acompaña con agua de coco. Bien preparados son una verdadera exquisitez, pero no demasiado apta para estómagos delicados.

Imagen de roti tomada de http://www.eluniversal.com/estampas/anteriores/300405/gastronomia.shtml

Volviendo a las panquecas, en estas eras de cuidado por la figura, el desayuno con tanta harina puede ser contraindicado, pero hay pocas cosas más tentadoras y gratificantes que un buen montón de panquecas calientes para comérselas con sirope, miel o mermelada.

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